Creo que desde antes de conocer a Saniati llevaba dentro de mí las ganas infinitas de escribir las historias de otros. No es un ataque de periodista frustrada, solo que el camino que he decidido caminar me ha hecho encontrar un suficiente número de personas dispuestas a contarme o a hacerme parte de su historia, y yo, no siempre dispuesta a ser parte de ella, pero si a escuchar, he decidido compartir de ahora en adelante en el Aquelarre las historias de algunas brujas*.
La conocí a sus 39 años, cuando decía que no podía sentirse más frustrada e infeliz. Sus padres le inculcaron que lo mas importante en la vida es ser una profesional exitosa pero a sus 30 años fue despedida por segunda vez de un empleo (la empresa familiar creada por su padre) –No es tan grave- y a sus 32 recibió una jugosa suma de dinero producto de la demanda interpuesta en contra de su papa.
A los 33 aceptó tener un hijo de su novio, según su versión, porque para él formar una familia siempre ha sido lo más importante y ella quería ser parte de su sueño. Según el novio la razón fue su ultimátum – O me das un hijo o esto termina aquí-. A los 36 tuvo su segunda hija y enfermó de depresión post parto y anemia… Durante dos semanas no pudo amamantar a su hija recién nacida. Su mal carácter sumado a las circunstancias (si hay algo que logra sacar de casillas a esta mujer es la imposibilidad de controlar todo, incluido su cuerpo) casi le cuestan (por primera vez) la familia que había aceptado formar pues el ahora esposo no estaba dispuesto a dejarse tratar a los gritos.
Paulatinamente los gritos se redujeron al mínimo posible (unos 3 o 4 por día) y por consiguiente el impulso inicial del esposo de salir de casa con un crio a cada lado y la maleta en la espalda; sin embargo esta sería una idea permanente por los siguientes años de matrimonio.
A sus 38 Floricienta, pese a no contar con ningún amigo, pese a no tener la capacidad de mantener una relación medianamente estrecha con nadie (además de su madre y su marido) decide estudiar una maestría en Recursos Humanos, pues está segura de que es el área en el que mejor se desenvuelve como profesional. El querer que todo se haga a su manera y que todos hagan lo que ella quiera es apenas natural para los profesionales en RH, y si no, -estoy segura de poder manejarlo, fuera de casa soy más flexible-
Se equivoca por tercera o cuarta o quinta vez… Termina su maestría con buenas notas y consigue un empleo que odia pero aun así logra que la contraten medio tiempo hasta que, al igual que las veces anteriores, logra que la despidan sin siquiera dar las gracias por su trabajo… Las cosas en casa no son mejores. Floricienta odia su rol de madre, al fin y al cabo nunca quiso tener hijos y que importa si sus hijas están escuchando esta declaración –pero todo está bien mis niñas, yo las amo- Ahora confiesa que era la única posibilidad de retener al novio enamorado, el mismo que sigue aguantando sus maltratos por mantener la familia unida (según él, por miedo, según yo… Pero esa es otra historia). Ya no le importa si se va o se queda, -pero espera, no te vayas, yo te amo, he sacrificado mi vida por ti y por las niñas… Tu vida es fácil porque eres tan exitoso, tienes un gran ingreso y yo, yo no logro nada… Llora Floricienta, llora o no lo vas a conmover- y nuevamente el marido se queda.
A sus 40 anios Alfredo no tiene más amigos, no quieren invitarlo más a reuniones sociales, su madre casi nunca lo visita y hasta su padrino de matrimonio, quien fuera su mejor amigo, le ha dicho que si quiere verle vaya solo, nadie quiere tener que soportar el carácter de Floricienta… Cuatro meses más tarde, a sus 44, Floricienta va a la policía, denuncia al marido por maltrato, muestra un par de morados en sus brazos y una marca medianamente roja en su pierna izquierda. El único testigo es una vecina, la única persona de toda la manzana que le habla… Pero mentira, hay dos testigos mas, sus dos pequeñas ahora de 7 y 10 años de edad.
La más chica me muestra su brazo, tiene cinco morados pequeños, la marca de cinco dedos que la apretaron con mucha fuerza… Todo es confuso, su mama quería montarse a la fuerza en el carro de su papa, -no sé por qué, pero el carro andaba, ella se montaba y no me soltaba, yo corría al lado del carro y mi hermana gritaba. Papa paró y se bajó, dio la vuelta y la obligó a soltarme, luego le gritó y se fue- La chica de 10 confirma la versión y agrega que su mama está enferma, ella misma se lo dijo.
Escribo este post antes de salir a la oficina de correos para enviar mi declaración firmada en su contra. Denuncio sus gritos, sus golpes, sus abusos a sus hijas, a su ex marido e incluso a mi misma y concluyo que, basada en mis seis meses de convivencia con la familia y en mi reciente visita, las niñas deberían vivir con su padre.
*Bruja: (Explicado en mi perfil) no se refiere a ese ser horrible de nariz grande y verruga, sino a cada mujer y su capacidad de hacer sus sueños realidad utilizando su propia formula mágica
mapa tomado de www.la-Croix.com
¡Carajo!
ResponderEliminarQue historia tan terrible. Ojalá las niñas puedan estar tranquilas con el padre.
Por estos lados he conocido una historia similar. Una señora que no quiere hijos accede a tenerlos "para no perderlo" y un infierno de ahí en adelante.
Sospeche que sé cual era la única vecina que le hablaba.
Un abrazo.
bien. gspr que justice soit faite...
ResponderEliminarabrazo amiga.
me alegra que hayas tenido en cuenta la historia personal de Floricienta y la descripcion de su personalidad controladora y obsesiva para poder entender a este pobre ser humano tan complicado......lo que hiciste esta muy bien, todo sea por el bien de esas niñas y su salud mental.
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