He enviado un significativo número de aplicaciones a una ONG londinense que se propone, además de ayudar a las mujeres que han pasado por la cárcel a reintegrarse a la sociedad, exigir la modificación del sistema carcelario para las mujeres. Uno entre varios de sus argumentos es que el sistema ha sido creado por hombres y para hombres, por eso a las mujeres les va mucho peor adentro.
Personalmente la propuesta me parece muy interesante. Jamás lo había pensado, pero al analizar el perfil de un buen porcentaje de las reclusas, uno encuentra que son madres solteras o que sus maridos/esposos también son reclusos… Por otro lado esta comprobado que un alto porcentaje de hombres y mujeres vuelven a delinquir durante el primer año de libertad, o sea después de la cárcel. En otras palabras algo no se está haciendo bien allí adentro y no hay un acompañamiento con opciones afuera.
Por eso, cuando otro grupo de mujeres, organizaciones, o simplemente cuando alguien ofrece desinteresadamente lo que puede para apoyar a las reclusas a integrarse en ciertas actividades que anteriormente jamás se vieron dentro de las cárceles, me parece mas que hermoso, una manera real de marcar la diferencia. A propósito de este comentario, hoy en El Tiempo ha salido un articulo al respecto. Independientemente de quién dirija este coro y de quiénes hayan decidido pertenecer a él, yo pensaría que el impacto en las vidas de estas coristas es importantísimo. Tal vez justo por eso me molesta tanto el “tonito” en el que el articulo está escrito. Si alguien tiene tiempo para leerlo, me gustaría que me compartiera su opinión.
Foto tomada de: http://www.redrevuelta.org